mayo 28, 2006

Sabidurías Venezolanas

Gracias a la colaboración de América Ratto, les presento una página que contiene la explicación de los orígenes de algunas palabras utilizadas en nuestro país. Me encantaría recibir nuevas definiciones para su inclusión. Un ejemplo es la siguiente palabra:

COLITA : Proviene de la época de la independencia. En las batallas, no había tantas bestias (caballos, mulas) como soldados. Es decir no se podía satisfacer la demanda. Asi que gran parte de la milicia, estaba obligada a cubrir grandes distancias a pie. Por eso, cuando les tocaba subir una pendiente, le indicaban al soldado que iba en bestia : Dame una colita : En otras palabras, dame permiso para agarrarme de la cola del animal para subir con menos esfuerzo la pendiente. SE QUEDO PARA SIEMPRE "DAME UNA COLITA".

Revisen la historia de algunas palabras en www.sabiduriasvenezolanas.blogspot.com

mayo 24, 2006

La vida como ensayo de la vida. Escrito por José Ramírez.

No hay nada que impacte al alma con más contundencia que la verdad. Las palabras afiladas contra la piedra de la existencia y que con sencillez y serenidad, liberadas del óxido de la pose y el romo filo de la hipocresía, atraviesan los sentidos y se alojan en nuestro interior. Inefables momentos ante los que la única respuesta la brinda la emoción.

Equinoccio y El otro el mismo editan un libro
[1] largamente esperado que reúne la obra ensayista de Armando Rojas Guardia publicada hasta la fecha, 7 textos inéditos y las notas originales de Juan Liscano y María Fernanda Palacios.

“Amo la vocación de ensayista, pero sin el academicismo pedante que hoy suele acompañarla” dice Armando en los inicios del Calidoscopio de Hermes (1989) y luego nos declara su propósito, al que sería fiel hasta el sufrimiento: “Ensayista de estirpe es el que recorre inteligentemente el cuerpo de su propia experiencia con la cultura. Es la carne de su propia existencia consciente – la de su conciencia en contacto vital con el mundo- lo que el ensayista verbaliza. Escribe para recorrerla sensualmente, parsimoniosamente; y, por la virtud de ese recorrido, llega a ser lúcido”.

Esa lucidez especial, en el borderline de la cordura, la ha perseguido Armando, renunciando a esa normalización de la conciencia que algunas terapias persiguen, asumiendo su “locura” como un resquicio secreto desde el cual contemplar la luz que se encuentra en el centro de toda búsqueda existencial, para él, la de un cristianismo que lejos de dar respuesta a todo, tiene todas las preguntas.

“La pregunta central es ésta: en determinadas ocasiones neurálgicas de la existencia, ¿se debe renunciar a esa lucidez paradójica al renunciar terapéuticamente a la enfermedad? Creo que en la respuesta a esta interrogante está encerrado el meollo de toda verdadera psiquiatría.”. Armando nos suelta esta daga en el medio de El dios de la intemperie, la “respuesta” que encontramos en el párrafo que le sigue, se la dejo al lector interesado; su trascripción en estas notas la siento excesiva.

Recuerdo mi primera lectura de El dios de la intemperie, la perplejidad inicial ante tan insólita confesión fue derivando en un ahogo (físico, profundo), era un terreno inexplorado al que me estaba enfrentando, como esa primera inmersión (que más que recordar intuyo) en la que debemos contener los deseos de respirar, hasta que poco a poco encontramos que no es necesario, primero 5 segundos, luego 15, 20, 30 y cada vez más cerca de ese feto que fuimos, que nunca lo hacía y que (nuevamente lo intuyo) lo sabía todo.

Ensayo culto, puede ser, lectura serena, jamás. La obra de Armando inquieta, quema, interpela, asombra por su coherencia y la serena postura con la que transita los terrenos de la desesperanza.

La poesía fue el género que primero me acercó a Armando y al que regreso finalmente en estas notas. El privilegio de sus lecturas públicas lo atesoro tanto como ese mínimo poema, que nunca seleccionó en sus lecturas públicas, pero que, como dice Borges, ha encontrado en mí su lector: “Pero hoy tengo la confianza en la tarea / de decirte precisamente esto, / sin una sola causa / que motive la cita intrascendente / de los ojos y las letras: / apenas teclearte siete líneas / como quien pide el aire o la alegría.”
[2]

[1] Armando Rojas Guardia, Obra completa: Ensayo 1985-2005, Editorial Equinoccio y Editorial El otro el mismo, 2006.
[2] Sin uso, del poemario Del mismo amor ardiendo.

mayo 16, 2006

Desnudos con Tunick

Gracias a dos miembros de esta comunidad, bautizados corresponsales desde el lugar de los acontecimientos hemos podido entender la sensación que tuvieron ese grupo de más de 1500 venezolanos que se unieron para crear una peculiar imagen de arte en Caracas.
La intensidad da cada relato, lo que sintieron, las risas, los nervios, la sensación de haberse liberado de un prejuicio, en fin todo lo que les pasó por su mente a Eva Marie y René.
Es importante resaltar que ambos fueron solos, así sería su determinación por participar.
Revisen estos excelentes reportajes en
www.desnudoscontunick.blogspot.com

Que la fuerza esté con ambos!

Quisiera mencionar que este ha sido el artículo/reportaje más leído de todo lo que se ha publicado en Quebuenaidea. De hecho ha tomado vida propia, ya que hay usuarios de Internet que entran desde lugares remotos (China, Vietnam, entre otros) a leer el artículo y luego entran a Quebuenaidea. Es sorprendente.

Celebración por la vida! Experiencia narrada por Lucina Plenaris

"Cuando llegamos a la Avenida nos indicaron que debí­amos escoger el lugar donde morirí­amos. Siempre he escuchado que cada quien tiene el día y la hora de su muerte. Pues bien, escogimos nuestros lugares, y nos acostamos en el asfalto, muertas. ..........."

Continue leyendo la experiencia de Lucina Plenaris, miembro de Quebuenaidea en www.celebracionporlavida.blogspot.com

This page is powered by Blogger. Isn't yours?